Diversos ocultistas, entre ellos especialmente Dion Fortune, se refieren
numerosas veces a este “cuerpo de seguridad” astral. Esto engloba la multitud
de casos en que un estudiante de esoterismo, ante una situación límite o de peligro,
recibe la respuesta a sus interrogantes en forma de voces que susurran a su oído
la respuesta (“clariaudiencia”), o en forma de figura estilizada, emanando firmeza
y tranquilidad, en sueños o durante la meditación. Pero lo que más nos ha llamado
la atención, y lo que nos evidencia que no se trata de entes que actúen solitariamente,
es que muchas logias ocultistas con distintos
niveles de entrenamiento saben de su existencia o, en planos más avanzados de evolución,
entran en contacto periódico con ella para apoyar sus fines que parecen ser los
de impedir un avance de la Goética (vulgarmente, “magia negra”) en el mundo, y evitar
que entes astrales inferiores sigan perjudicando a los seres humanos.
Pero otra cosa que resulta distintiva es una especie de “emblema” que parece advertir su aparición. Efectivamente,
cuando estamos sumidos en profunda meditación sobre nuestras angustias o problemas,
es posible que aparezca como un relámpago la visión de un triángulo equilátero rojo
inscripto en un círculo plateado: el símbolo de la Policía Oculta. Pero también
podemos valernos de una técnica
sumamente útil: si
meditamos profundamente sobre ese símbolo cuando los problemas nos agobian, es posible que la Policía Oculta o Policía
Astral se haga presente, ya sea en la forma de una respuesta susurrada o bien ocurriendo
que los hechos comienzan a concatenarse de las formas más insólitas e inesperadas
y los caminos se abren positivamente.
Este tema de la Policía Oculta es realmente fascinante y por cierto dudaríamos
de su realidad si no fuera que los testimonios
de terceros y la experiencia personal demuestran lo contrario. Es creíble, como
afirman algunos autores, que este cuerpo se encuentre estrechamente vinculado a
la Hermandad Blanca, y se afirma que la hoy desaparecida FUDOSI (
Federación Universal de Órdenes
y Sociedades Iniciáticas, institución que desde mediados del
siglo pasado a idéntica altura del presente nucleó con proyectos comunes a las más
fuertes organizaciones esotéricas de ese entonces) era una corporación que en el
mundo visible llevaba a cabo las directivas de la Policía Oculta.
Además de concentrarnos en el símbolo ya mencionado, recomendamos
efectuar las sesiones de meditación a la luz de una vela blanca y con el uso de
incienso en grano en cantidad tal que nos permita saturar la habitación con su fragancia.
Debemos concentrarnos sólo en el símbolo ya descrito, no siendo necesario formular
preguntas o elevar ruegos, ya que nuestras
necesidades, permanentemente presentes en nuestro inconsciente,
teñirán nuestro aura con colores tan particulares, afectando incluso la forma
del mismo, que aquélla, a manera de un mensaje simbólico, ha de hablar por sí misma
Algunos síntomas indicativos de que estamos siendo objeto de violencia
psíquica de origen sectario (esto es, cuando el origen del ataque reside en las
artimañas más o menos mágicas o sencillamente psíquicas de un eventual enemigo)
son, por ejemplo, la aparición repetida, en forma de fugaz pero contundente visión,
del rostro de alguna persona conocida sobre un fondo negro o rojo, especialmente
si tales imágenes fluyen en los momentos previos al sueño o apenas despertamos,
es decir, en el estado psicológico conocido como estado hipnagógico y estado hipnopómpico,
ambos propios del preconsciente, cuando el natural, espontáneo incremento en la
producción de ritmos alfa por nuestro cerebro nos sensibiliza particularmente para
este tipo de percepciones. Y, que duda cabe, tal certeza estará particularmente
afirmada si tal aparición (sobre todo si tenemos motivos para sospechar de tal
persona) se sucede durante varias noches. El rostro de nuestro oponente
aparecerá aun cuando hubiera “encargado ” el trabajo a terceros pues, en última instancia y a los fines esotéricos, él mismo ha sido el impulso inicial que llevó a
la gestación del acto, a los fines de sus consecuencias y, por extensión, a los
fines kármicos.
Las larvas astrales suelen dejar huellas físicas de sus ataques en una
incipiente taquicardia, gran agotamiento al despertar y pequeñas heridas punzantes
y sangrantes que, extrañamente, desaparecen a los pocos
días y a veces simplemente en horas
después de manifestarse.
Los PMT, además de ser en ocasiones nebulosamente observables por personas
particularmente sensitivas o incipientes clarividentes, nos señalan característicamente
su presencia cuando las personas afectadas se muestran renuentes a dormir, y en
ocasiones expresan hasta pánico de hacerlo.
Otros buenos métodos de comprobación en cuanto a la existencia de un
ataque, son: (a) encendido de sahumerios, conos defumadores
y carbones inciensarios con incienso en grano y mirra (especialmente este
último sistema): si se observa una marcada dificultad en la combustión de los mismos
(desechándose toda explicación convencional como humedad en los elementos), especialmente
en horas astrológicas de Saturno. Por el contrario, si su combustión es excesivamente
veloz, o si bien los carbones literalmente estallan (llegando a dispersarse en distintas
direcciones) podremos sospechar estar en presencia de un vórtice.
Percibir olores nauseabundos sin razón aparente es otra importante señal,
siempre y cuando este olor sea sentido por más de una persona presente; cuando lo
percibe una sola, si esto se repite, como el olor de plástico quemado, puede ser
indicio de afecciones cerebrales. Estos olores,
muy semejantes a los de carne o flores en descomposición, tienen que repetirse diariamente
pero no durar en su manifestación menos de diez minutos ni mucho más de treinta,
corridos, para ser tomados en cuenta como indicativos.
También en casos extremos, pueden aparecer extrañas manchas de suciedad
(y a veces de barro o por lo menos, algo que se le parece mucho) en pisos, paredes
y cielorrasos, quizás algún tipo de exudación ectoplasmática, pudiendo afectar forma de huellas de animales.
En estos casos, su manifestación es permanente,
y sólo cede a insistentes lavados.
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